Editorial: Lumen. Fecha de publicación: 15 de noviembre.
En su prólogo, Umberto Eco habla de esas piezas como «textos de ocasión», es decir, piezas que nacieron de un encargo o del puro divertimento. Cierto, pero cuando quien trabaja de ese modo es un gran maestro, cada escrito se convierte en una pequeña lección para quien lee.
El libro arranca con el texto titulado «Construir al enemigo», en el que se insiste en las bondades de tener siempre a mano un enemigo en quien descargar nuestras debilidades o faltas y, si ese enemigo no existe, pues habrá que crearlo: ese es el mensaje que se desprende de El cementerio de Praga, su última novela. Le siguen otros textos que hablan, por ejemplo, de la verosimilitud de los personajes de ficción comparándolos con las personas de carne y hueso, y aquí veremos a Anna Karenina paseando del brazo de Michelle Obama o Nicole Kidman. En otros escritos salen a la luz las famosas «velinas» italianas, pero alrededor de este tema tan manido el professore hila un sagaz discurso sobre el ruido mediático, especialmente creado desde los centros de poder para distraer al ciudadano medio y ocultar otras noticias importantes. El libro acaba con una diatriba contra el Ulises de Joyce que Eco condena con humor y desenvoltura.
Resumiendo, Eco tiene edad y condición para hablar de casi todo, divirtiendo al lector y enlazando temas que en apariencia parecen muy lejanos. Construir al enemigo es un buen ejemplo de sabiduría enciclopédica puesta a disposición del gran público.
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